Hace un tiempo tuve que estar en reposo por una situación de salud, pero a los que aman a Dios ¡todo! obra para bien, eso dice la Palabra del Señor y yo lo creo. Durante ese tiempo me di a la tarea de aprender a comunicarme a través de este medio, que aunque nos parece prohibitivo para los de la tercera edad, hoy te digo que no es así, todo está en la mente, que la limitamos nosotros mismos. Así fue como comencé a compartir algunos escritos de experiencias que han sido edificantes a mi vida espiritual. Todo lo que podamos aprender y hacer para regar la semilla de la Palabra hace mucho bien y vale la pena hacer el esfuerzo, en un tiempo donde el mundo nos quiere ahogar con lo material.
Doy la Gloria a Dios, y el agradecimiento a mis hijos, que aunque todavía tienen que explicarme varias veces la lección lo hacen con mucho amor, como el que yo tuve con ellos cuando comenzaron a repetir las vocales. Así que animen a sus mamás, abuelas y díganle que se puede! Los años vividos en fe y amor no son en vano, traen buen fruto para alimentar esta Tierra. Dios los bendiga.