HABACUC

El libro de Habacuc es de solo 3 capítulos, pero podemos dar fe de la enseñanza y esperanza que nos brinda. Habacuc comienza con un reclamo a Dios, porque el profeta puso su mirada en aquellos que no tenían el conocimiento de la Palabra de Dios. Habacuc estaba enojado porque veía el comportamiento de los “impíos” contra los “justos” y entró en una queja con Dios porqué no hacía nada contra ellos. Dios mismo le dice que ellos tendrán consecuencias porque sufrirán los ayes. Luego le dio una visión de lo que ellos tendrían que pasar (pruebas) y le ordenó que lo pusiera por escrito en una tabla para testimonio. ¿Qué fue lo que hizo a Habacuc cambiar de queja a oración? ¡La misericordia de Dios, que maravilloso! Así son las misericordias de Dios, son nuevas cada mañana. El profeta oro así: “Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer;
En la ira acuérdate de la misericordia”. (3:2)
Creo que Dios tendrá para nosotros una maravillosa respuesta como la que le dio a Habacuc, cuando nos humillamos ante su presencia y le decimos: Señor, perdónanos cuando nos hemos quejado, sin saber tus propósitos. Que bendición recibió Habacuc, cuando Dios le mostró que desde el Monte de Paran, Su gloria cubrió los cielos y la tierra se llenó de su alabanza. El resplandor fue como la luz, rayos brillantes salían de Su mano y allí estaba escondido Su poder (3:3-4). Ciertamente lo que nuestro Señor tiene para sus hijos vendrá y no tardará. Habacuc terminó haciéndole una promesa a Dios, que sin importar lo que le faltara en su peregrinar por la tierra, con todo él se alegraría y se gozaría en el Dios de su Salvación (3:17-18). Y ésta es la misma promesa que tiene para nosotros Sus hijos: “Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar” (3:19). Te invito a meditar en esta promesa y reclamarla también para tu vida. Amén ¡Dios te bendiga!