Hoy repasando circunstancias pasadas, donde tuvimos que asumir el don de la paciencia, y logramos alcanzar a ver los beneficios y bendiciones de la espera, pude entender con mayor profundidad que no fue en vano. Y es que para esperar en el Señor se necesita de mucha disciplina, ya que en ella, Dios está formando su carácter en nosotros. Evalúate y medita por un momento, cuando pasaste por la última situación que requirió una espera, pero que para ti fue “desesperante”, no recibiste más de lo que esperabas? De cierto, Dios estaba trabajando en tu vida como el alfarero trabaja la masa del barro sobre la rueda. En el carácter de Jesús nunca vimos reflejada tal acción, Su paciencia siempre le permitió recibir lo que esperaba de su Padre, en su tiempo.
Hoy no se cuál es tu desesperación, pero no te desanimes es posible que sólo le falten algunos pasos a la espera. Y como en otras veces anteriores verás la obra terminada, y habrás logrado parecerte más a Jesús, en su carácter. Recibirás eso que esperas y no tardará, el Dios nuestro es fiel a sus promesas.