Hace unos meses les escribí acerca de mi viaje a Israel y la entrada en la ciudad de Jerusalén, y hoy quiero compartirles otra experiencia. Estando en Israel, veía como los hermanos peregrinos honraban el Santo Sepulcro, lugar donde nos habían indicado que fue enterrado Jesús. Allí en esa tumba vacía, lloraban, la besaban y muchos la acariciaban como si estuvieran tocando Su mismo Cuerpo, como demostrándole su amor y agradecimiento. Observándolos, me imaginaba a Jesús detrás de ellos diciéndoles ¿Porque me buscan entre los muertos? ¡Si Yo Vivo! ¡Que hermosa es la fe! La palabra dice que “sin fe es imposible agradar a Dios”. El sacrificio de Jesús, fue el más grande acontecimiento en el mundo, el rescate de nuestra identidad, de creación de Dios a hijos de Dios, sólo por la redención recibida en Cristo Jesús Señor Nuestro y sólo salvos por Su gracia. Por tanto, repasemos la palabra en Hebreos 2:3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Los invito a celebrar la verdadera VIDA en Jesús. Dios los Bendiga.